El Autocuidado

El autocuidado se refiere a todas aquellas acciones que llevamos a cabo para protegernos, desarrollarnos y potenciar nuestra salud física y emocional. Se relaciona con diferentes aspectos de nuestra vida, los cuales modulan estas acciones. Nuestras experiencias previas, nuestra educación, el grado de amor propio o la situación vital que atravesamos impactan directamente en el autocuidado. Es importante llevarlo a cabo y debe ser una prioridad en nuestra vida.
¿Qué es el autocuidado?
Cuando hablamos de autocuidado nos cuesta ponernos en situación. Sin embargo, sí tenemos claro qué es cuidar a alguien. Hacia otras personas llevamos a cabo acciones que se encarguen de ayudar, de proporcionar apoyo, soluciones o potenciar su bienestar. Se hace tanto desde un plano físico como emocional y se considera básico en cualquier tipo de relación. Además, no solo es hacer algo hacia otra persona, sino también dejar de hacer cosas que le puedan dañar. Pero ¿sabemos que esto también lo podemos hacer con nosotros mismos? Todo eso que damos a los demás, no solo podemos, sino que debemos incorporarlo a nuestras rutinas con nosotros mismos. Aunque no siempre nos lo han inculcado ni tal vez nuestro momento vital nos empuje a hacerlo.
Su relación con el amor propio
¿A qué personas dedicamos nuestra atención y nuestros cuidados? Lo hacemos con aquellos a los que queremos, con los que tenemos una relación de confianza, que nos importan y queremos que se encuentren bien. Por lo tanto, ese cuidado al otro parte y se realiza desde la emoción del amor. Si hacia los demás se ve de forma clara, ocurre lo mismo con nosotros mismos. Un mal ajuste en el amor propio haría que el autocuidado fuera pobre o inexistente. Lo mismo ocurre con la autoestima, la parte que nos hablaría de aquello que creo o no creo merecer. Es por eso que, cuando queremos potenciar el amor propio y la autoestima, una de las cosas básicas a trabajar es el autocuidado.
¿Sabemos cuidarnos a nosotros mismos?
El amor propio y la autoestima, las bases del autocuidado, son elementos de nosotros mismos que se van adquiriendo y modificando a lo largo de los años. La educación que recibimos y las experiencias que vivimos van reajustando el concepto sobre uno mismo, el merecimiento o donde dirigimos nuestras acciones. En muchos casos, movilizamos toda nuestra energía para servir a los demás, ganarnos su reconocimiento o ser dignos de su amor. Eso hace que ni tengamos tiempo ni consideremos que sea necesario llevar a cabo un autocuidado. Pero también existe otro extremo, aquel en el que la persona solo sabe mirarse a sí misma. ¿Aquí hay autocuidado? Tampoco, ya que faltaría uno de los pilares fundamentales, el cual veremos a continuación.
El autocuidado es encontrar un equilibrio entre dar, pedir y recibir con los demás. Es saber compartir con el resto, pero también buscar la soledad y conductas que se dirijan únicamente a uno mismo. Y sobre ese punto medio no siempre nos enseñan.
Los pilares del autocuidado
El autocuidado implica toda aquella acción dirigida a promover el bienestar físico y emocional y eliminar aquellos elementos que sean perjudiciales para nosotros mismos. Para ello, necesita apoyarse en cinco pilares fundamentales que harían que ese cuidado hacia uno mismo fuera completo y pleno. Si observamos cómo es nuestro día a día, veremos que a menudo aparece algún pilar, pero que pocas veces llevamos a cabo todos. Incluso, en algunos casos, puede que no aparezca ninguno.
Fíjate en los cinco pilares y evalúa cuáles cumples y cuáles no:
Mis necesidades- El primer pilar es identificar cuáles son nuestras necesidades físicas y emocionales. Debemos saber tanto a corto como medio y largo plazo aquello que necesitamos. Esto incluye desde lo más básico, como es comer o dormir, hasta objetivos laborales y personales. Y no solo es saber cuáles son esas necesidades, sino también orientarnos hacia su satisfacción.
- Se trata de saber abrirnos y apoyarnos en los demás. Lo que muchas veces hacemos es dar, dar y dar a los otros (sin esperar nada a cambio) y cuando nosotros necesitamos algo, sin tan siquiera pedirlo, pretender que ellos nos correspondan. En otros casos, nos creemos plenamente autosuficientes y nos da miedo depender de la ayuda del otro. Tanto un lado como el otro nos generan aislamiento y soledad en los malos momentos. Separamos a los demás y creemos que son ellos los que nos abandonan.
- Debo saber buscar y recibir todo aquello bueno que hay a mi alrededor. Desde proponer ir al cine a un amigo hasta aceptar un plan que alguien me propone. Este pilar va más a aquellos pequeños detalles de la vida cotidiana que siempre están ahí pero que no sabemos ver o valorar. Es abrirnos al mundo, aunque no siempre nos apetezca, pero sabiendo que nos hará bien.
- Este pilar se apoya en la seguridad emocional. Debemos poner límites y decir "no" a todo aquello que ponga en peligro nuestro bienestar emocional. Esos límites de seguridad también van dirigidos a nosotros mismos, ya que también podemos llevar a cabo conductas que nos resten felicidad.
Todo aquello que nos pueda estar perjudicando de forma directa o indirecta debe ser eliminado. No solo hábitos insanos relacionados con la salud física, sino también aspectos más emocionales. Por ejemplo, ¿por qué miramos las redes sociales de nuestras ex parejas a las 3 de la mañana?
El autocuidado es, ante todo, un elemento personal e individual. Los pilares que hemos visto anteriormente son estructuras necesarias y cada persona debe ir incorporando las acciones necesarias para rellenar esos pilares. Cambiar nuestros hábitos, abrirnos a los demás, permitirnos pedir ayuda o cuidar nuestros pensamientos es fundamental para empezar a trabajar el amor propio. Además, cuando nos encontramos en momentos de crisis vital, lo primero que empezamos a abandonar es el autocuidado, cuando precisamente es el mínimo que deberíamos llevar a cabo. Invertir tiempo y energía en nosotros mismos es cuidar nuestra salud y asegurarnos un camino a la plenitud.
Fuente: https://www.somospsicologos.es/blog/autocuidado-querernos-bienestar-emocional/