Las emociones primarias

Las personas tendemos a elegir cómo comportarnos con base en las emociones que sentimos en ese momento. Estas nos ayudan a realizar una determinada acción. A pesar de todo ello, nos resulta muy complicado definirlas y reconocerlas.
Y te preguntarás, ¿cómo las reconocemos? Sigue leyendo sobre las emociones y te lo contamos todo.
¿Qué es la inteligencia emocional?
Según Daniel Goleman, la inteligencia emocional es la capacidad de reconocer las emociones propias y ajenas, además de saber gestionar la respuesta que damos ante estas. Para ello, es fundamental que seamos capaces de que, de manera consciente, hagamos introspección. Mirar hacia dentro y ver cómo nos sentimos no es tarea fácil, pero sí necesaria. Si hablamos de reconocer las emociones de los demás, es necesario tener en cuenta el lenguaje corporal. Este hace referencia a muchos aspectos inconscientes de nuestra personalidad.
Hay varias formas de clasificación de las emociones como positivas, neutras o negativas, primarias o secundarias, innatas y sociales.
¿Qué son las emociones primarias?
Las emociones primarias o innatas aparecen desde el nacimiento y forman parte del proceso adaptativo de las personas. Se identifican gracias a las expresiones faciales que se pueden ver en los recién nacidos, como, por ejemplo, la sorpresa. La manifestación facial de la sorpresa es igual en todas las culturas, boca abierta en forma de "O", ojos muy abiertos y cejas arqueadas.
Tipos de emociones secundarias
Al igual que con las emociones primarias, nos encontramos cinco emociones "universales" secundarias.
Vergüenza: es el miedo al rechazo social. Provoca sensaciones de malestar ante el juicio de los demás en el plano social. Esto hace que las personas hagan conductas de evitación de conductas o inhibición.
Culpa: es la sensación de haber hecho algo que no deberíamos. Se acompaña de pensamientos reflexivos y una evaluación continua del pre y el postdecisión. Puede ocurrir que, incluso, lleguemos a sentirnos merecedores de algún castigo.
Orgullo: es una sensación adaptativa que aparece cuando nos sentimos realizados con lo que somos o hacemos. Ayuda a la autoestima y la seguridad en uno mismo, pero, en exceso, puede llegar a ocasionar aislamiento social
Placer: sensación producida cuando se cumple alguna necesidad. Si algo nos produce placer, nos motiva a seguir haciéndolo.
Celos: es un sentimiento ligado con la posesión de algo que consideramos propio. Ocasiona la aparición de sentimientos de inseguridad y desconfianza en uno mismo y en los demás.
En definitiva, las emociones son necesarias, adaptativas y nos ayudan en el día a día. Reconocerlas, asimilarlas, gestionarlas y expresarlas, mejora nuestro bienestar mental.
Fuente: https://www.inesem.es/revistadigital/educacion-sociedad/emociones-primarias-y-secundarias/